Ayer se celebraba el Día escolar por la no violencia y la paz, coincidiendo con el aniversario de la muerte de Gandhi.
En muchos de nuestros colegios y centros de pastoral celebramos este día, quizá en una Semana de la Paz, esta necesaria actitud de construir un mundo mejor siempre con medios pacíficos, de resolver los normales conflictos en las relaciones con el diálogo y la no violencia.
La Fraternidad, como su mismo nombre indica, es un signo de que descubrimos al otro como hermano y que, por muchas diferencias que pudiera haber, siempre es más fuerte el valor del otro como alguien de nuestra propia sangre, de nuestra misma humanidad.
Desde Jesús, la víctima inocente que asume la violencia atroz con una actitud de perdón, también nosotros hemos de avanzar en este camino de la paz y la no violencia en nuestras propias vidas y en nuestra acción educadora.
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